Inventado
por el científico y militar español Isaac Peral, realmente no se trató
del primer buque submarino que el mundo haya visto, sino que la novedad
introducida por Peral en su torpedero submarino de 1885 es que se
propulsaba por energía eléctrica (usaba baterías). Su casco era de
acero, podía sumergirse hasta 30 metros y contaba con aperturas en la
proa para el lanzamiento de torpedos, característica que no volvería a
verse hasta los años de la Primera Guerra Mundial.Se
botó el 8 de septiembre de 1888, y tenía una autonomía de 66 horas y un
radio de acción de 284 millas náuticas. Finalmente el prototipo se
desechó porque en maniobras diurnas era fácilmente detectable. El
aparato estuvo a punto de desguazarse, pero finalmente se recuperó y
ahora se exhibe en Cartagena con todos los honores.
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